Repensando el País con Bialet

Principales conclusiones del

simposio realizado en el centenario de su Informe

 

A cien años del Informe Bialet Massé

El trabajo en la Argentina del siglo XX y albores del XXI

 

Mayo del 2004 – San Salvador de Jujuy

 

Cuando, desde la Unidad de Investigación en Historia Regional de la UNJu. -Universidad Nacional de Jujuy-, comenzamos a pensar en la organización de un simposio para conmemorar los cien años del Informe, el país se encontraba aún bajo los efectos de la aguda crisis de 2001. Primaba en el ambiente académico la sensación de ser sobrevivientes de una catástrofe, al tiempo que una necesidad de revisar y revelar el pasado inmediato. Para todos aquellos que habíamos trabajado sobre cuestiones de historia laboral, rescatar la denuncia de Bialet y compararla con el estado en que habían quedado las clases trabajadoras después de la década de los noventa, nos parecía el mejor ejercicio de reflexión que se podía proponer para repensar el país.

 

Por eso cuando planteamos la convocatoria de invitación expresábamos : “La riqueza documental del “Informe sobre el estado de la clase obrera” del inquieto médico y abogado catalán Juan Bialet Massé, hoy más que nunca, invita a la reflexión. Al cumplirse cien años de esa obra plena de ideas, proyectos y denuncias entendemos es necesario revisar en la escala macro que lo hizo Bialet sobre la situación de la clase trabajadora en el interior argentino. Así, creímos oportuno invitar a investigadores de diversas regiones para poner en común el conocimiento en torno a la problemática laboral en la Argentina actual, partiendo de la comparación diacrónica con lo que sucedía a inicios del siglo XX.

 

Las profundas mutaciones; entendidas como avances y en los últimos tiempos como regresiones, en materia de derechos laborales, condiciones de vida y trabajo, relaciones Estado-trabajo, “viejas” y nuevas” conflictividades; entre aquella Argentina de la “cuestión social” de inicios del siglo XX, y esta actual de la crisis, desempleo, ocaso de la sociedad del trabajo, se prestan a comparaciones y reflexiones, que motivan este encuentro.”

 

Decíamos asimismo que serían los principales objetivos del encuentro:

 

-Fomentar el diálogo entre los investigadores de la ciencias sociales que tienen como objeto de estudio el mundo laboral.

 

-Evaluar, a partir del Informe sobre el estado de la clase obrera en el Interior de la República, los avances, retrocesos, cambios, permanencias, etc., en la situación laboral de hace un siglo y el presente.

 

-Realizar un estado de la cuestión sobre los estudios de la clase obrera en la Argentina.

-Concretar en una publicación los resultados del encuentro.

 

 

La propuesta de realización del Simposio “A cien años del Informe Bialet Massé” -en San Salvador de Jujuy- tuvo una inmediata respuesta favorable. Doce instituciones auspiciaron el encuentro, entre ellas organismos del Estado (CONICET, Ministerio del Trabajo de la Nación, Municipio de Bialet Massé, etc), asociaciones y escuelas de historia, universidades públicas y privadas y publicaciones de carácter científico.

 

El evento se concretó en mayo de 2004, el mismo mes en que Bialet elevó su Informe al Ministro Joaquín V. González cien años antes, en la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UNJu.

 

Se presentaron trabajos de investigadores de catorce universidades del país, totalizando veintitrés ponencias, contando entre éstas una conferencia inaugural y una mesa panel de debate. A posteriori se compilaron dos libros bajo el título de “A cien años del Informe Bialet Massé. El trabajo en la Argentina del siglo XX y albores del XXI”, aparecidos con el sello editorial de la Unidad de Investigación en Historia Regional –EDIUNJu, Universidad Nacional de Jujuy.

 

A cien años la figura de Bialet y su obra más importante, convocaban a un destacado grupo de investigadores a discutir sus pensamientos y a utilizarlos como estimulantes para comprender mejor la realidad crítica que les había tocado en suerte. Quizás él no tuvo tiempo a imaginarlo, cuando murió en 1907, su persona estaba olvidada y su Informe encajonado.

 

Un punto que se prestó al diálogo y la discusión estuvo referido a la dificultad de encasillar y clasificar las ideas de Bialet, dentro de qué marco incluirlas.

 

En primer término se explicitaron las diversas versiones que dieron sus contemporáneos. Para algunos miembros de los elencos gobernantes era un trasgresor, para los socialistas doctrinarios un ecléctico, para quienes lo admiraban un realista pragmático, para sus detractores un utópico, para otros un visionario y adelantado.

 

Podríamos reunir en cuatro las posturas principales que se debatieron:

 

a) Como un sujeto “ilustrado” del capitalismo industrial argentino, representante de sectores del poder que mostraban preocupación por la “cuestión social”

 

b) Como un socialista “sui generis”, que renegaba de la teoría y el partido y buscaba logros prácticos en las mejora de condiciones de vida y trabajo de los trabajadores.

 

c) Como un católico social o reformista, tendencia que bajo el influjo de la Rerum Novarum, adoptaron varios funcionarios en los inicios del siglo XX.

 

d) Como un nacionalista e hispanista, tal una tendencia opuesta al liberalismo a ultranza, que está tomando fuerza en los años previos al Centenario de la Revolución de Mayo.

 

No es nuestro objetivo, en este como en otros puntos, tomar una posición, sino exponer las consideraciones realizadas en la ocasión del simposio, por lo que queremos cerrar este punto indicando la dificultad de inscribir, como resulta más sencillo con otros autores, a nuestro autor en una línea única de pensamiento.

 

Lo que no deja dudas es que Bialet fue una excepción dentro las principales líneas de pensamiento de la elite gobernante. Su preocupación por lo social, su idea de un Estado regulador de la conflictividad, lo hacen anticiparse a posturas que prosperarán recién en tiempos futuros.

 

En muchos aspectos vale la pena poner en diálogo a Bialet con otros pensadores de su época para ver las diferencias sustanciales que los separan. Por ejemplo, en un tema tan sensible y urticante como el racial, comparar sus escritos con los de José Ingenieros, José M. Ramos Mejía, Agustín Álvarez, Lucas Arrayagaray, o el aún influyente Domingo Sarmiento, puede ser un buen ejercicio para demostrar esta afirmación.

 

Bialet usa con frecuencia el concepto de raza pero no en sentido racista y eugenésico del que se ha ido impregnando el concepto en el clima de expansión imperial y colonial del período. Obviamente no pudo abstraerse del evolucionismo, considerado la “ciencia” en su momento, y como un grado superior de explicación racional, opuesto al creacionismo de la iglesia. Bialet da por supuesta la superioridad racial blanca, pero no la pregona, ni por ese motivo desprecia o repudia a los otros componentes étnicos del país, muy por el contrario los ensalza y valora. En esto su pensamiento es original y va a contramano del ideario generalizado de la intelectualidad de su época.

 

Seguramente podría aportar mucho al conocimiento de sus ideas saber más sobre su etapa de formación en España, el período de su biografía menos conocido, y revisar su biblioteca. Hasta donde conozco, es tarea pendiente.

 

Siendo la cuestión laboral tema central del simposio e Informe, necesariamente fue uno de los puntos que mayor peso tuvo en el desarrollo del encuentro. Algunas de las conclusiones a las que se arribó unánimemente fueron:

 

 

(continúa... en la obra impresa: Juan BIALET MASSÉ Precursor de la regulación de las condiciones de trabajo)